martes, 22 de junio de 2010

Una semana en la Bretaña Francesa

He visitado muchas regiones de Francia y esta vez me tocaba Bretagne. Tenía muchas ganas y esperanzas puestas en la Bretaña Francesa, además todo el mundo me hablaba maravillas.
Al tener tantas esperanzas igual fue el echo que no me emocionó tanto, me gusto mucho, eh?, no digo que no, pero no tanto como me lo imaginaba.

Las ciudades de Vannes y Rennes me han gustado mucho, sobre todo la última que esta llena de preciosas casas de madera vista y tiene mucha marcha, las terrazas estaban a rebosar, sería porque hacía días que no hacía tan bueno y que era viernes. Curioso que había zona super pituca, pija y zona mas Punkydiburgo, borroquilla

Pueblos de piedra diferentes a otros que tienen mucho encanto son Locronan (pueblo muy filmado como en la película Largo domingo de noviazgo, Roscoff y St. Pol de Leon)

La costa es preciosa de agua azul turquesa con playas de arena blanca y la maravillosa y fotogenica costa de granito entre Ploumanach y Perros-Guirec, con sus piedras de miles de formas y un paseo precioso por la costa.
También visité el Mont.Saint Michel, un precioso lugar construido ahí en medio del mar, pero ahí está la discursión si pertenece a Normandía o a Bretagne. Es muy bonito pero super turístico, sería precioso visitarlo muy pronto por la mañana antes de que llegue la marabunta de turistas.


Otros pueblos o ciudades que me ha encantado es Dinan y Morlaix, esos son los que más destacaría, hay muchos que son muy turísticos y para mi sin tanto encanto por eso, han perdido su esencia.


Y los alineamientos neolíticos de Carnac son una pasada, lo malo que en verano no te dejan pasear por donde uno quiera y cuando yo fui no había tour guíado, aun así saqué fotos desde la valla. Aunque no lo creáis hay kilómetros de piedras colocadas alineadamente, y es un misterio el que estén colocados así. Impresiona la verdad.


Dejando a un lado los pueblos más o menos bonitos hablemos de la
comida, galettes y crêpes es lo que aquí más se come, junto con las ostras, langostas y mejillones, que por cierto eran bien pequeñitos ahora.


A mi me encantan los crêpes pero os juro que he acabado saturada, a veces era difícil encontrar otro restaurante que no fuera una crepería, claro que quien se resiste a un buen crêpe. Uno de los mejores que comí fue en St. Malo en la creperie Le Gallo.

En esa región hacen mucha cerveza pero la verdad no las probé yo me di a la sidra que está buenísima.


Lo que menos me gusto es que los pueblos son bastante parecido unos de otros así que a veces es mejor no ver tantos como yo he hecho y dedicarte a ver menos y relajarse más, es una zona estupenda para visitarla en bici y según dicen hay que ir en marea alta para ver la costa de granito, yo no lo hice, pero no digo que no vuelva a ir.

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