jueves, 29 de julio de 2010

The limits of control by Jim Jarmusch

Ayer vi esta lenta película en la que di dos o tres cabezadas. Alguien creo que me dijo que era muy buena, yo no sé si tenía un mal día o no aguantaba esa lentitud. Veía que no pasaba nada, más que ver como pasa por Madrid, Sevilla y Almeria, el protagonista (Isaac De Bankolé).
Eso si, un elenco de actores sale y hace personajes muy bien hechos como Tilda Swinton con su peluca tan rubia que es blanco, Luis Tosar, Oscar Jaenada en un pequeño papel de camarero, Gael García Bernal haciendo de un mexicano con sus botazas y sus cicatrices en la cara dándole un aspecto de malote, aun así está para comérselo y Bill Murray.

El protagonista se pasea por estas ciudades tomando dos cafés solos en diferentes tazas intercambiando cajas de cerilla con el mismo diseño pero con distinto color, a él le dejaban un papelito pequeño con números él cual hace desaparecer comiéndoselo, y yo mientras lo veía pensaba en como iría al baño este tipo. La misión que tiene no nos queda muy clara, solo sabemos que "la vida no vale nada" y "Si te crees tan grande en el mundo ve a un cementerio para ver como es el mundo". No si si me perdí algo aunque estoy segura que no.

No puedo decir que vayáis al cine a verla y casi ni cogerla en el videoclub, si un día estáis muy despiertos y queréis dormir pues igual si.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nuestro hombre se viste de azul superheroe, cubriendo su cuerpo con la pátina de la seriedad que le otorga el traje. The Limits of Control resulta ser una sucesión de eslabones iguales, pero distintos a nuestros ojos,Es una búsqueda seria, la más seria que recuerdo, como así nos lo hace ver el héroe de la película. Héroe que acaba salvando lo más grande que jamás se haya tenido que salvar en una película. Y eso que salva es aquello que nos hace únicos, aquello que nos define como humanos y que a muchos de nosotros aún nos mantiene respirando en esta vida huérfana de sentido: la cultura y el arte. No sabemos quiénes son los buenos ni quiénes los malos hasta el final, pero sólo porque nuestra mente narrativa, influenciada por las convenciones del género, presupone una búsqueda material y un trabajo de sicario. El protagonista es un asesino, sí,. acaba con los malos más malos, con los malos de verdad, aquellos que están en contra del hombre, de la vida interior, del arte, de la cultura, del ser inquieto que no persigue metas, sino que disfruta del camino. Isaach hace el trabajo sucio con imaginaci'on y con arte, Jarmusch no se para a contarnos cómo nuestro héroe logra entrar en el refugio del malo. De hecho, hasta poco antes de esa escena dudábamos de que existiera un malo, e incluso sospechábamos de que el malo fuera nuestro héroe. Entra y punto ( " la realidad no es gran cosa, la ficción lo es todo) " un absurdo ejercicio cinematográfico que golpea directamente en el estómago de aquel que exige explicaciones. , Isaach entra y sesga la vida del inquisidor con una simple cuerda de guitarra. Con Arte. Toca la más bella canción con la piel desgarrada de su cuello.
Gana lo bohemio,Ganamos todos. Pero para ello hemos tenido que ponernos antes el traje de sicario, el mono de trabajo. Lo que viene después, con nuestro hombre reconvertido en hombre, embutido en un chándal Puma, ya no le interesa a la cámara, l sacando al héroe de plano. El director ya ganó su guerra contra la estupidez. El concepto esta conseguido, su ejecución no. Su universo de silencios, deconstrucciones( un mexicano en un pueblo andaluz tiene cojones...), diálogos marcianos y hermetismo interesa (a ratos), pero no cautiva. Convence, pero nunca emociona. Le falta un Relleno como al cocido........ Popo

Anónimo dijo...

Nuestro hombre se viste de azul superheroe, cubriendo su cuerpo con la pátina de la seriedad que le otorga el traje. The Limits of Control resulta ser una sucesión de eslabones iguales, pero distintos a nuestros ojos,Es una búsqueda seria, la más seria que recuerdo, como así nos lo hace ver el héroe de la película. Héroe que acaba salvando lo más grande que jamás se haya tenido que salvar en una película. Y eso que salva es aquello que nos hace únicos, aquello que nos define como humanos y que a muchos de nosotros aún nos mantiene respirando en esta vida huérfana de sentido: la cultura y el arte. No sabemos quiénes son los buenos ni quiénes los malos hasta el final, pero sólo porque nuestra mente narrativa, influenciada por las convenciones del género, presupone una búsqueda material y un trabajo de sicario. El protagonista es un asesino, sí,. acaba con los malos más malos, con los malos de verdad, aquellos que están en contra del hombre, de la vida interior, del arte, de la cultura, del ser inquieto que no persigue metas, sino que disfruta del camino. Isaach hace el trabajo sucio con imaginaci'on y con arte, Jarmusch no se para a contarnos cómo nuestro héroe logra entrar en el refugio del malo. De hecho, hasta poco antes de esa escena dudábamos de que existiera un malo, e incluso sospechábamos de que el malo fuera nuestro héroe. Entra y punto ( " la realidad no es gran cosa, la ficción lo es todo) " un absurdo ejercicio cinematográfico que golpea directamente en el estómago de aquel que exige explicaciones. , Isaach entra y sesga la vida del inquisidor con una simple cuerda de guitarra. Con Arte. Toca la más bella canción con la piel desgarrada de su cuello.
Gana lo bohemio,Ganamos todos. Pero para ello hemos tenido que ponernos antes el traje de sicario, el mono de trabajo. Lo que viene después, con nuestro hombre reconvertido en hombre, embutido en un chándal Puma, ya no le interesa a la cámara, l sacando al héroe de plano. El director ya ganó su guerra contra la estupidez. El concepto esta conseguido, su ejecución no. Su universo de silencios, deconstrucciones( un mexicano en un pueblo andaluz tiene cojones...), diálogos marcianos y hermetismo interesa (a ratos), pero no cautiva. Convence, pero nunca emociona. Le falta un Relleno como al cocido........ Popo

Sansoncita dijo...

Ole, ole, ole, viva la supercritica popo. A mi me gustó mucho la estética pero ya he dicho igual no era el día y no lo pillé bien del todo. Pero se me hizo lenta, lenta. Ahora si, si llego a saber esto antes de ver la pelí, la veo con otros ojos, ya que como dije, no pillé na...
Thanks